EL ASILO MÀS DRAMÁTICO DE LA HISTORIA PERUANA
EL GENERAL LA FUENTE HUYÓ CASI DESNUDO DE PALACIO
La Fuente salvó la vida en medio de una lluvia de balas contra Palacio de Gobierno. |
Una curiosa
postdata, en una carta de D. Bernardo O´Higgins al administrador de su hacienda
Montalván, Pedro Aldunate, rotulada con la advertencia de reservada, revela la
bonhomía de su espíritu con los esclavos
y confirma la íntima amistad que lo unía con el general Antonio Gutiérrez La
Fuente, uno de los caudillos militares de la Independencia y que cobró fuerza a
la salida de Simón Bolívar del Perú.
Vicepresidente del Mariscal Agustín Gamarra, en el poder desde 1829,
La Fuente –que así lo identifican los historiadores peruanos-, nació en
Tarapacá y fue realista hasta 1820, año en que tomó las armas de la Patria y
ascendió hasta coronel por sus acciones en las campañas de Junín y Ayacucho,
pero principalmente por apresar a quien era su jefe, el entonces presidente
José de la Riva Agüero, a quien Bolívar acusó de estar en tratos con el virrey
La Serna y por eso pidió su cabeza vivo o muerto.
El 19 de junio
de 1830, desde Lima, O´Higgins le pide al administrador de Montalván que escoja
a la esclava más adecuada y robusta, porque su hermana Rosita le ha ofrecido a
doña Mercedes Soubirat, esposa de La Fuente,
una ama de leche para su hijo recién nacido.
“Suplico a U.
se informe de la que fuese más aparente y de salud. Puede el doctor Pequeño,
sin decir U. el objeto, informarle de la que goza de mejor limpieza y salud. De
todo lo que se servirá U. informarme”.1
Un mes después, en vísperas del 28 de julio, le recuerda a Aldunate
que ya era hora de mandar a Nieves, la negra elegida. Ella debe traer al bebé
“que está criando” para enviarla a casa de doña Mercedes. “Muy a tiempo llegó
la Nieves, que atenderá al niño Federico, de quien la Rosita y yo fuimos los
padrinos”,2 escribe satisfecho el 10 de agosto.
Al año siguiente, el 16 de abril, La Fuente está al mando del país.
Gamarra se encuentra en el Cusco, ante un inminente choque bélico con Bolivia.
El Congreso debe reunirse y autorizar la guerra, en cita fijada tres días
después. Hay fricciones entre el presidente y el vicepresidente; y doña
Francisca Zubiaga de Gamarra, la famosa Mariscala, teme la deposición de su
esposo por el Congreso.
La famosa "Mariscala" Francisca Zubiaga se enfrentó a La Fuente por sospechar que éste, con apoyodel Congreso, preparaba un golpe de estado. |
La Fuente
tampoco tenía el piso seguro. Los gremios de productores lo rechazan
abiertamente por su decisión de suspender la Ley de Prohibiciones para importar
harinas. Doña Francisca se pone de este lado y desaira al vicepresidente al no
concurrir a un baile de conciliación.
Peor aún, ambos
tienen un violento altercado y la Mariscala lanza insultos que La Fuente no
revela, por ser impublicables.3
La
noche de ese 16, turbas enardecidas asaltan Palacio de Gobierno y La Fuente
debe huir por los techos, casi desnudo y eludiendo disparos.
A duras penas,
en mal estado, llega hasta la fragata norteamericana Saint Louis y los
marineros lo confunden con un orate. Felizmente el capitán reconoce al
vicepresidente y le da asilo.
En medio del
tumulto y saqueo de su casa, manos amigas sacan a tiempo a la joven esposa con
su hijito en brazos. O´Higgins no detalla sus acciones en este luctuoso suceso.
Solo informa a Aldunate que “trajeron a
la comadre Merceditas para protegerla de
los peligros” en la casa de Espaderos.
Tumba de Merceditas Subirat, quien con su pequeño hijo en brazos fue rescatada y protegida en la casa de O´Higgins, a dos cuadras de Palacio, que fue saqueado. |
Durante casi medio año, Nieves cumplió su papel de amamantar y cuidar
al hijo de La Fuente, que buscó refugio en Santiago. “Chile es el país más
aparente para el goce de una vida tranquila -dice a su compadre en enero de
1832-. Las provincias de La Plata, la de Colombia, el Ecuador y Guayaquil no
ofrecen la menor garantía al patriota que ha ceñido espada y tiene opinión”.
Le revela, además, que prometió darle libertad a Nieves si su
comportamiento era bueno y satisfactorio, en el momento que la comadre
Merceditas decidiera retirarle la leche al bebé. Este era un derecho que, en su
condición de amo de la esclava, podía aplicar y se llamaba la “manumisión
graciosa”.4
“No necesitando más de sus servicios, cumplí mi palabra en la libertad
del ama. Dispénseme la satisfacción de este pequeño obsequio a mi ahijadito que
quiero mucho y es el más lindo niño que he conocido”.5 La comadre y el niño
Federico ya iban rumbo a Valparaiso, a reunirse con el esposo y padre.
La casa de O´Higgins, en el jirón de la Unión es hoy un visitado museo sobre los años de unidad peruano-chilena durante la Independencia. |
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