COMBATE DEL DOS DE MAYO

 Combate del Dos de Mayo humilló a escuadra hispana que un mes antes bombardeó y destruyó Valparaíso
EL PERÚ ACABÓ CON AMENAZA 
DE ESPAÑA EN AMÉRICA DEL SUR

         A mediados de 1862, dentro de su política exterior de reverdecer su pasado poder imperial, España envió a las costas del Perú una Expedición Científica y Diplomática, que paradójicamente se embarcó en cuatro buques de guerra. Tras un largo viaje, en que tocaron los puertos de Rio de Janeiro, Montevideo y Buenos Aires, al año siguiente cruzaron el peligroso Estrecho de Magallanes y arribaron primero a Valparaíso y luego al Callao.
         Las relaciones de España con Chile estaban establecidas desde 1844, pero con el Perú aún no se llegaban a acuerdos pendientes sobre indemnizaciones reclamadas desde la época de la Independencia. A su arribo, sin embargo, los buques españoles fueron recibidos con cordialidad por las autoridades del más alto nivel, hasta que siguieron viaje a Guayaquil y San Francisco.
         El 4 de agosto de 1863, con las naves españolas en el norte del continente, se desató el llamado incidente de Talambo, en que fue muerto a balazos un colono español y otros fueron detenidos en una hacienda de Chepén. Los colonos exigían ser liberados del compromiso de trabajar a cuenta del hacendado que los había traído de España.

SE DESATA CONFLICTO
         En la trifulca a balazos, que enfrentó a los hombres del hacendado Salcedo con los españoles, también murió un peruano y otros más resultaron heridos. Se inició un proceso judicial que se extendió por las apelaciones de ambos lados, pero la noticia aumentada y distorsionada, porque se habló del asesinato de españoles a mansalva, llegó hasta Madrid y a la escuadra española anclada en San Francisco.
         De los tribunales, el enfrentamiento pasó al campo diplomático y allí apareció el español Eusebio Salazar y Mazarredo, que llevó a Madrid datos exagerados y maliciosos de lo ocurrido en Talambo. Este sujeto retornaría con el cargo de Ministro de Su Majestad en Bolivia y Comisario Extraordinario para el Perú.
         El canciller peruano Juan Antonio Ribeyro lo recibió en Lima en una entrevista confidencial, pero le hizo notar que no le podían reconocer el título de Comisario Extraordinario por ser el Perú un país independiente, sin tutela alguna de España. Salazar protestó por lo que consideró un nuevo ultraje a su país y se puso al amparo de la escuadra que mandaba el almirante Luis Hernández Pinzón.
         El 14 de abril de 1864, la Escuadra Española del Pacífico tomó las islas guaneras de Chinchas, encerró al gobernador peruano y enarboló su bandera. Enseguida, planteó al Perú reconocerle el cargo de Comisario Extraordinario a Salazar, saludar la bandera española, intercambiar embajadores y el pago de tres millones de pesos de indemnización.
         Desde Madrid, al conocerse la toma de las islas, se ordenó el envío de las fragatas Villa de Madrid, Blanca y Verenguela. Aumentarían su amenaza con la poderosa fragata blindada Numancia, la más poderosa de su época, que llegó al Pacífico a mediados de 1865.


PEZET ARMA AL PERÚ
         El general Juan Antonio Pezet, presidente del Perú, inició las negociaciones diplomáticas por una salida pacífica del diferendo. Pero al conocer que la escuadra invasora era reforzada con evidentes fines de conquista, tuvo la visión estratégica de no limitarse a los esfuerzos diplomáticos y envió al coronel Francisco Bolognesi a comprar cañones a Europa.
         Al mismo tiempo, envió delegaciones navales a Inglaterra, que finiquitaron la compra de la fragata blindada Independencia, el monitor Huáscar y las corbetas gemelas La Unión y América, los principales buques de la Marina de Guerra hasta 1879.
         La compra de estos barcos era de suma urgencia porque la Marina de Guerra solo tenía disponibles a las viejas fragatas Amazonas y Apurímac, y las goletas Loa y Tumbes.  La Armada de Chile estaba peor: solo tenían a la corbeta Esmeralda y al vapor armado Maipú.
         La Junta de Guerra de Pezet llegó a la conclusión de que le sería imposible derrotar a la amenaza española y se formalizó el inicio de las negociaciones entre el general Manuel Ignacio de Vivanco, por el Perú y el vicealmirante José Manuel Pareja, que llegó el 6 de diciembre en reemplazo del almirante Pinzón.
         A pesar de la férrea oposición de la prensa y de amplios sectores políticos, el 27 de enero de 1865 se firmó el Tratado Vivanco-Pareja a bordo de la fragata Villa de Madrid, en la que el Perú aceptaba las condiciones humillantes exigidas por España.


A LA GUERRA CON ESPAÑA
         Pezet ratificó el tratado, pero al exponerla ante el Senado, el anciano mariscal y dos veces ex presidente, Ramón Castilla lo enfrentó y abofeteó, siendo desterrado. El ánimo contrario a esa paz con España estalló en Arequipa, con el alzamiento del coronel Manuel Ignacio Prado, el 28 de febrero de 1865.
         A la revolución en el sur siguió otro alzamiento, en el norte, al mando del coronel José Balta. Mientras el Perú era devorado por la guerra civil, el gobierno de Chile apoyó el alzamiento de Prado y, al mismo tiempo, bloqueaba el abastecimiento de alimentos y carbón a los barcos españoles. Su posición, igualmente, era contraria al Tratado Vivanco-Pareja.
         El vicealmirante Pareja decidió entonces ir a Valparaíso y exigió a Chile, el 17 de setiembre de 1865, que reconozca y salude la bandera española, además de otorgar reparaciones por su posición contraria a la escuadra. Chile rechazó el ultimátum y, luego que Pareja ordenó el bloqueo de Valparaíso, Coquimbo y Caldera, declaró la guerra a España el 25 de setiembre.
         Prado y su ejército de diez mil hombres entraron a Lima en noviembre. Tras encarnizados combates, Pezet, abandonado por sus soldados, se asiló en una fragata inglesa y dejó el poder a su vicepresidente Pedro Diez Canseco. Por decisión unánime del ejército y del pueblo, Prado asumió como Jefe Supremo de la Nación el 28 de noviembre de 1865.


ALIANZA CON CHILE
         A una semana de asumir, Prado suscribió el tratado de alianza ofensiva y defensiva con Chile, el 5 de diciembre. Poco después desconoció el Tratado Vivanco-Pareja y oficialmente declaró la guerra a España en enero de 1866, siendo seguido en esta decisión por los gobiernos de Bolivia y Ecuador, aunque bien poco hicieron durante el conflicto.
         La alianza peruano-chilena se plasmó en el combate de Abtao, el 7 de febrero de 1866, cuando sus dos armadas, al mando del comandante peruano Manuel Villar se enfrentaron a los buques españoles Villa de Madrid y Blanca, que juntas tenían el poder de fuego de 86 cañones. Los aliados fueron reforzadas por las recién adquiridas corbetas La Unión y América, pero aún así solo sumaban 70 cañones.
         En este combate, que se inclinó a favor de la escuadra aliada al abandonar la lucha las naves hispanas, destacó el férreo jefe de La Unión, el capitán de navío Miguel Grau, mientras que en la Covadonga chilena se encontraba su futuro héroe nacional, Arturo Prat.
         La escuadra aliada evitó otro choque con los buques españoles, en espera de la fragata blindada Independencia y el monitor Huáscar, que ya estaba en camino.
         El curso de la guerra no se detuvo y el nuevo jefe de la escuadra española, Casto Méndez Núñez, al no poder batir a la escuadra aliada, impuso un bloqueo más estricto sobre Valparaíso y, a las exigencias ya planteadas, agregó la devolución de la Covadonga, que fuera tomada mediante un ardid por el almirante chileno Revolledo en Papudo, el 26 de noviembre de 1865 y que motivó el suicido del almirante Pareja.



TRIUNFO EN EL CALLAO
         Chile se negó a devolver la Covadonga y el almirante Méndez Núñez, a pesar de la oposición de los almirantes de las flotas norteamericana e inglesa, ordenó el bombardeo y la destrucción de Valparaíso, la mañana del 31 de marzo, que causó pérdidas por más de 15 millones de pesos.
         La flota española, formada en dos divisiones, se enrumbó después al norte, pero en el Callao ya se habían montado las defensas con los cañones comprados por Bolognesi. El pueblo de Lima se volcó al puerto y se debió imponer un cordón para evitar el paso de civiles que solo entorpecían las labores de defensa.
El 2 de Mayo de 1866, desde el mediodía y hasta las 5 de la tarde, por más de cinco horas, los siete barcos españoles y sus 270 cañones atacaron el Callao, siendo repelidos por los 69 cañones montados en media docena de fuertes, además de cuatro buques artillados y armados de torpedos.
En el fragor del combate, vuela la torre de La Merced y mueren 41 combatientes, entre ellos el ministro José Gálvez. Las fragatas Villa de Madrid, Almanza y Blanca, incluida la fragata blindaba Numancia sufrieron graves daños y el propio almirante Méndez Núñez debe ser retirado herido del combate.

         En esta jornada, que elevó al Perú como líder del Pacífico y a Prado como figura continental, se extinguieron los afanes hegemónicos de España y se vengó el impune bombardeo de Valparaiso, mencionado por Prado en su arenga antes del iniciarse el combate.

Comentarios

  1. Gracias por compartir tus conocimientos Dennis y gozar de tu excelente pluma periodística.

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