El más peruano de los chilenos

O´Higgins, Avatares del 
Libertador de Chile en el Perú 


 Obra rescata los 23 años que vivió el prócer sureño en nuestro país

Los heroicos años de la Independencia, la turbulencia política del caudillaje militar y la guerra de Chile contra la Confederación Perú- Boliviana se recrean en el libro O´Higgins, Avatares del Libertador de Chile en el Perú, escrito por el periodista peruano Dennis Alvaro, que salió a circulación desde este año. 
Esta obra de 270 páginas narra con pluma ágil y amena las tres veces que estuvo en tierras peruanas el libertador y fundador de Chile, Bernardo O´Higgins Riquelme, quien fue hijo del 32º Virrey del Perú, Ambrosio O´Higgins. 
Aunque los historiadores chilenos lo minimizan, el padre fundador de su independencia tuvo una educación peruana, pues en su adolescencia, fue estudiante durante tres años del famoso Real Convictorio de San Carlos, que hoy es la Casona de San Marcos en el Parque Universitario. Su padre, que ya se vislumbraba Virrey del Perú, lo envió a seguir sus estudios a Londres, de ahí que los historiadores chilenos prefieren recordar esa etapa a la de su formación carolina. 
El joven Bernardo volvería a Lima en 1803, a reclamar la herencia de su padre y, en 1823, luego de dirigir y luchar por la independencia de su país, volvería desterrado a Lima. 

El Perú le abrió los brazos 
El gobierno del Perú y la sociedad limeña le abrieron las puertas y colmaron de honores a O´Higgins, quien como director supremo de Chile tuvo decisivo papel en la formación y envío de la Expedición Libertadora que, al mando del general José de San Martín, proclamó la independencia del Perú el 28 de Julio de 1821. 
Justamente, este libro sobre O´Higgins se inicia con el arribo del prócer mapochino a Lima, el 28 de Julio de 1823, tras ser derrocado en enero de ese año. O´Higgins proyectaba irse con su familia a Irlanda, la cuna de su padre, pero al ver que aún subsistía un poderoso ejército al mando del Virrey La Serna en la sierra, decidió quedarse y ponerse al mando de Bolívar. 
Asegurada la independencia en la batalla de Ayacucho, el ex director supremo chileno y su familia se afincaron en la hacienda Montalván de Cañete, que le fue donada por sus servicios a favor de la independencia peruana. Por esto mismo también se le dio el título de Gran Mariscal del Perú y fue el segundo personaje, después de San Martín, en recibir la Orden del Sol del Perú.
O´Higgins vivió agradecido por el enorme apoyo que le dieron el gobierno y la sociedad peruana, mientras que se le cerraban las puertas de su país, y hasta le negaban sus haberes como capitán general de Chile. 

Contra la guerra fratricida
Desde Lima, O´Higgins alzó su voz a favor de la unidad comercial y amistad peruano-chilena y fue tenaz opositor a la guerra de su país contra la Confederación Perú-Boliviana. En cambio, abogó por que Chile y Perú complementen sus economías y profundicen su intercambio comercial de trigo y azúcar. 
“Es indudable que lo más próspero que sea el Perú tanto más lo será Chile, y viceversa”, escribió el 4 de junio de 1836, en carta al presidente chileno Joaquín Prieto para detener la inminente guerra de Chile contra la Confederación y que es el antecedente más lejano de la Alianza del Pacífico que hoy une el intercambio comercial de Chile y el Perú. 
La exequias de O´Higgins, en octubre de 1842, fueron un minuto de paz en el calor de la guerra civil que entonces azotaba a Lima, y la entrega de sus restos a Chile, el 28 de diciembre de 1868, fue el último gesto de amistad sincera entre Perú y Chile antes de la guerra de 1879. 
Todos estos temas y otros avatares de la vida de O´Higgins, que pasó penurias económicas, son narrados con pluma ágil y directa por Dennis Alvaro, gracias a su libro que salió con el sello de El Monitor ediciones. 

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