EL COLCA, LA OCTAVA MARAVILLA. Tiene el cañón más profundo del mundo y ahì nace el Amazonas
Interesados más en saber la suerte del estudiante, los medios dijeron poco o nada sobre el inmenso y fecundo valle, verdadera puerta de entrada al cañón y habitado por el hombre desde al menos seis mil años a.C., tiempo del que datan las pinturas rupestres halladas en la cueva de Mollepunco, en Callalli, al norte de Chivay, capital de la provincia arequipeña de Caylloma.
Reconocida ya como una de las maravillas naturales del Perú, verdadero imán del turismo nacional y extranjero, el valle y el cañón del Colca son el corazón y la columna vertebral de Caylloma, a unas tres horas de viaje en bus desde la Ciudad Blanca.
Enormes dinosaurios carnivoros, cuyas huellas están registradas en la vecina provincia de Aplao, debieron habitar las planicies de Caylloma, hace más de 65 milllones de años cuando aùn la Cordillera de los Andes no existía.
El surgimiento de los Andes, que se alzó como la espina dorsal de toda América del Sur, fue parte de los cambios geológicos en el planeta desde la Era Terciaria, debido al movimiento de las placas tectónicas que han configurado la faz de la Tierra durante toda su existencia.
Los cañones son accidentes geográficos raros, originados por los cauces de ríos que horadan las rocas blandas y van cincelando profundidades a medidas que pasan los milenios. Es un proceso peculiar, porque mientras las cordilleras y las montañas se elevan, los cañones se hunden en precipicios de vértigo, fenómeno que la geomorfología llama epigénesis.
Este fue el fenòmeno que dio forma al hoy famoso Cañòn de Colorado, en Estados Unidos o al Qutang, una de las famosas Tres Gargantas del rio Yangtse, en China. Sin ir muy lejos, aquisito nomás, en el mismo Arequipa se encuentra el también impresionante Cañón de Cotahuasi, en la provincia de La Unión, y muy cerca se encuentra el Cañón de Apurímac, formado por el río del mismo nombre o el Cañòn del Pato, en Ancash.
EL MÁS PROFUNDO DEL MUNDO
Hasta los años 70, el Gran Cañòn de Colorado era presentado como el más profundo del mundo y se hizo del mismo un circuito turístico de primer orden. Sin embargo, en los 80 se le arrebató cierto encanto al Grand Canyon al divulgarse que el cañón del Colca tenía una profundidad de 3250 metros y una extensión de más de cien kilómetros.
Este record se ratificaría el 2005, con la expedición del matemático polaco Andrew Pietowski, que mediante una nueva mediciòn estableció una hondura de 4160 metros en el lado norte y 3600 en el lado sur en la zona de Quillo Orco, en el distrito de Huambo.
Hace un millon de años, cuando los antecesores del hombre estaban llenos de pelos y empezan recién a caminar erguidos, el cañón del Colca empezò a tener la forma que hoy se conoce tras las erupciones de los volcanes que siguen en las dos màrgenes del rio. Los geólogos han detectado huellas de que gigantescas explosiones volcánicas del Sabancaya llegaron a formar un dique natural y un gran lago, de unos cinco kilómetros de largo, se extendió desde los distritos de Madrigal a Yanque.
La ruptura de este dique originó un colosal desembalse que terminó por delinear el rostro que hoy conocemos del valle y el cañón, que presenta pendientes con inclinaciones de 60 grados y paredes de piedras cortadas verticalmente por las aguas del Colca. En la margen derecha, destacan las pendientes que van hasta el fondo desde el nevado Bomboya.
Pero no solo el rio y las explosiones volcánicas han moldeado el cañòn, también lo han hecho las lluvias y los vientos, que han formado bosques de piedras con formas caprichosas o han tallado paredes y columnas rocosas de varios cientos de metros de alto. También hay grutas, cuevas y cavernas que se convertirían en moradas de los primeros cazadores andinos.
Tras asentarse seis mil a.C. en el valle y dejar huellas de sus inicios con antiquisimas pinturas rupestres donde se pueden ver aún la caza de llamas y guanacos, los hombres domesticaron a estos animales y entre los 200 a.C. y 600 d.C. se alcanzaron avances en la agricultura que modificaron el rostro del valle. Aparecieron entonces los primeros tipos de andenes para explotar el enorme potencial agrícola de la región, donde se asentaron los Collaguas llegados desde el Altiplano puneño, y los Cabana que procedían de las cercanías del Cusco.
SE DEFORMABAN CRÁNEOS
Los wari administraron el Colca durante 300 años desde ciudades de piedras, impusieron sus estilos alfareros y mejoraron las técnicas de riego hasta el 900 d.C. Unos cinco siglos después, Túpac Inca Yupanqui incorporó estas ricas zonas al Imperio Inca. Durante toda esta larga etapa, Collaguas y Cabanas se deformaban los cráneos para establecer sus diferencias de linaje, una costumbre que horrorizó a los conquistadores españoles y que recién el Virrey Francisco de Toledo se encargaría de abolir en la segunda mitad del siglo XVI.
Considerado el arquitecto del Virreynato, Toledo también aplicò en el Colca su drástica política de reducciones y obligó a todos los caseríos y poblados indígenas a unirse para formar pueblos alrededor de las dos márgenes del rio Colca.
Por este método, los miles de habitantes que quedaban en el Colca tras las guerras de la conquista, fueron instalados en reducciones o pueblos de indios que hasta hoy siguen vigentes como son Callalli, Tuti, Canocota, Chivay, Coporaque, Yanque, Lari, Maca, Madrigal y Tapay. Otros pueblos aún en pie son Pinchollo, Cabanaconde, Lluta y Yura.
Quien hoy visite estos pueblos quedará maravillado por la belleza de sus iglesias, prueba palpable de la evangelización de los indígenas por parte de los frailes franciscanos, quienes impusieron la fe en la cruz hasta casi finales del siglo XVIII, cuando la región fue conmovida por el alzamiento de Túpac Amaru.
La etapa virreynal del Colca también está marcada por el hallazgo de minas de plata, que se explotaron por más de siglo y medio con la mano de obra que se obtenìa de los pueblos del valle a través de la mita. Tan intensa y abundante fue la explotación minera que, en las épocas del virrey Conde de Chinchón, Caylloma estaba considerada entre las vetas de plata más ricas detrás de Potosí y Huancavelica.
Hasta mediados de los 70, en pleno siglo XX, el valle y sus pueblos permanecieron aislados, en el olvido, hasta que se construyó la irrigación de Majes, que usa las aguas del rio Colca. En los años 20, esa zona de tan rica y de tan viejas raices en la historia, estaba tan aislada que dos aviadores norteamericanos, al realizar una levantamiento aerofotográfico la llamaron el “desconocido Valle de los Incas”.
Hoy, el drama y la muerte de Ciro Castillo, pusieron en primer plano durante seis meses al Colca, lugar que debe mantener por sus riquezas naturales, la calidez de su gente y, ante todo, porque ahí está concentrada la esencia de una parte del Perú profundo.
El mirador Cruz del Cóndor, ubicado en la margen izquierda, se encuentra sobre la mayor profundidad del cañón, aunque para ver cóndores es necesario tener bastante suerte y levantarse muy temprano. Como en todos los cañones, el canotaje por las aguas del Colca, de más de 129 kilómetros de extensión será una experiencia inolvidable porque está considerado entre los rápidos más impresionantes de esta parte del mundo.
Los amantes de la naturaleza además podrán gozar con la visión de impresionantes nevados volcánicos, todos por encima de los 5 mil metros de altura, entre los que se encuentran el Ampato, el Sabancaya y Hualca Hualca, en la margen izquierda, mientras que al frente se encuentran otra cadena de volcanes, siendo el Mismi el más atractivo por ser ahí, entre sus vericuetos helados, que se origina el punto inicial del que será a miles de kilómetros nada menos que el rio Amazonas.
El Gran Cañón fue creado por el río Colorado y tiene profundidades que no superan los 1700 metros, muy poco para las honduras del Colca y del Cotahuasi. Hay toda una industria del turismo montada desde hace décadas alrededor del Gran Cañón, que se puede recorrer por el aire con helicópteros o se puede viajar a través de las aguas en circuitos que bien podrían ser imitados en el Perú.
El Cañón de Cotahuasi pasa a través de dos nevados gigantes, el Coropuna (de 6425 mts) y el Solimana (de 6093) está a 400 km al nor-oeste de Arequipa. Tiene una profundidad de 3535 metros, una extensión de cien kilómetros y rivaliza con el Colca el cetro de ser el más profundo del mundo. El Cañon del Apurimac, con 90 kilómetros de extensión, no tiene las profundidadces de sus similares arequipeños, pero si presenta uno de los paisajes pétreos más impresionantes y rápidos que son la delicia de los amantes del canotaje y sus variantes. Está a solo 45 kilómetros de la capital de Apurtímac, Abancay, ene medio del impresionante nevado Salcantay. Como son zonas de sierra, los mejores meses para visitar estos lugares son de mayo a noviembre.
Comentarios
Publicar un comentario